miércoles, 22 de noviembre de 2017

Capítulo 6.- Iconografía paleocristiana (Bajo Imperio Romano: años 200 a 476)

Jesús icónico: de Buen Pastor a rabino sabio
a
El cristianismo surge en Siria, una provincia del antiguo Imperio romano, en el primer siglo de nuestra era y experimenta una difusión tan veloz y exitosa que en el siglo IV el emperador Constantino decide enterrar la religión olímpica de sus antepasados y nombrar al cristianismo religión oficial del imperio. Nadie se explica la razón del extraordinario éxito de una religión vinculada, al menos en su en su origen, a los humildes. Pero el cristianismo nos trae mensajes de convivencia solidaria y esto es algo que deseamos la mayoría de los habitantes del mundo.

ESTILO y SOPORTES     Naturalismo abstraizante     Las primeras representaciones paleocristianas, pinturas y mosaicos de pobre calidad, no pueden compararse con el arte exquisito del estado romano. A partir de la oficialización del cristianismo (año 380), el dinero que antes se invertía para alabar a Júpiter y corte divina, se destinará ahora para engrandecer la figura de Cristo. El mosaico prevalecerá sobre otras técnicas representativas y llegará a su apogeo en el Medievo bizantino. El camino estilístico parte del naturalismo clásico para avanzar, lenta pero conscientemente, hacia un estilo abstraizante que culminará en Constantinopla.

Tímpano del baptisterio de la casa eclesial de Dura Europos,
siglo III, Siria, conservado en la Universidad de Yale.
Bajo un arco decorado con estrellas de ocho
puntas (inmortalidad, divinidad, en todas las religiones),
apenas se distinguen las figuras del tímpano: el Buen
Pastor, un rebaño, y en tamaño diminuto, bajo él,
Adán y Eva dentro de ataúdes. La narración se completa: por
causa del pecado original, debemos bautizarnos y
convertirnos de este modo en miembros del rebaño de Jesucristo
SOPORTES     Mosaicos     Los soportes de la iconografía paleocristiana son, además del mosaico ya señalado, los sarcógafos, la pintura mural en las catacumbas y los pergaminos estructurados como códices. Estos últimos fueron preferidos por los amanuenses de la iglesia cristiana en vez de los rollos de papiro que habían caracterizado a los textos paganos. 
ICONOGRAFÍA     De Cristo apolíneo a Cristo doctor     ¿Cómo representar a Jesús o, desde un enfoque iconoclasta, cómo simbolizarlo por medio de representaciones figurativas? Esto es lo que debieron de preguntarse los primeros iconógrafos. Utilizaron los temas iconográficos que tenían a mano. Veamos cinco de ellos. 

"Buen Pastor" sumerio, griego y paleocristiano. El último, en las catacumbas de San Calixto.
Un pastor joven, rubio, apolíneo. Extraído de ellogosenelarteuniversal.blogspot.com
1. Cristo como el Buen Pastor. Esta figura tradicional simbolizaba entre nuestros antepasados la filantropía, el darse a los demás. Las alusiones de los Evangelios a los rebaños y a Jesús como pastor decidieron que esta iconografía pagana se convirtiera en la más importante y reiterada en estos primeros siglos de cristianismo.
"Buen Pastor" entrañable: Pedro en una capítulo de Heidi (Isao Takahata, Hayao Miyazaki, 1974)

2. Apolo, el dios solar. "Yo soy la luz", se lee en el Evangelio, atribución común a todos los dioses celestes. 

Orfeo en las catacumbas de San Marcelino y Pedro, Roma.
Representado con lira, atributo de músico, y gorro frigio,
el cual señala su origen oriental
3. Orfeo, el famoso músico que descendió a los infiernos para recuperar a Eurídice. También Jesús vence a la muerte y aplaca a los demonios. 
4. Prefiguraciones de Cristo. Cualquier personaje de la mitología pagana o de la mitología judía famoso por haber superado pruebas de martirio o de haber luchado contra monstruos para salvar a su pueblo, sirvió a los iconógrafos paleocristianos para refirse a Jesús, porque también él luchó contra un ser monstruoso (el demonio) y superó dolorosas pruebas en auxilio de los demás. Son prefiguraciones de Cristo para la iconografía los siguientes: Hércules (el más famoso y veterano héroe exterminador de bestias), David (el célebre adolescente que derrumbó a Goliat), Jonás (capaz de sobrevivir a la deglución del leviatán, un monstruo marino), Judit (la única prefiguración femenina: mató al fiero Holofernes). Y por supuesto todos los profetas: Noé salvó a su pueblo del diluvio; Moisés salvó al suyo de la esclavitud.    

Hércules en el jardín de las Hespérides
a punto de robar manzanas de oro;
la manzana y la serpiente parecen referirse al
pecado original. Catacumbas en Via Latina, Roma
 5. Cristo como doctor sirio. Se denomina "Cristo siríaco" la representación de Jesús como sabio o rabino judío, con el aspecto, además, de un habitante de ese país, es decir, moreno, cabello largo, barba y bigote. La indumentaria de esta iconografía se compone de túnica de manga larga (dalmática) y el manto típico con el que entonces se representaba siempre a los maestros (palio). Esta es la iconografía que prefirió la iglesia cristiana institucionalizada y oficial a partir del siglo V. No será solamente la imagen de Jesús en la Edad Media, sino la de todos los reyes cristianos. 
a

Representación más antigua conocida de Jesús 
ajustado su aspecto a la lógica histórica y 
geográfica de su lugar de nacimiento. 
Siglo III, Roma, Catacumbas de Santa
 Commodila. Las letras alfa y omega aluden 
a su inmortalidad
a 

Cristo representado como doctor entronado en  el ábside de Santa Pudenciana (Roma) 
por medio de mosaico de extraordinaria calidad naturalista, muy rico en color 
y efectos de sombreado. Viste palio y dalmática de oro para señalar su preeminencia 
por medio de la ostentación (contradicción con la prédica cristiana 
 de la humildad). Al fondo se representa la Jerusalén celeste. 
Flanquean a Cristo los apóstoles San Pablo (siempre moreno)
y San Pedro (siempre cano)

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