miércoles, 22 de noviembre de 2017

Capítulo 12.- Manierismo en Italia y Francia


Lucas Granach el Viejo, Cristo y Anticristo, 1521. Se compara a Jesús expulsando a los mercaderes del templo con el papa de Roma, haciendo negocios desde su trono. La Reforma ganó a la Iglesia romana la partida de la propaganda

Una Europa de dos cabezas
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Italia lideraba el arte y la religión en Europa cuando, apenas iniciado el siglo XVI, un sacerdote alemán, Martín Lutero, le arrebató la iniciativa de la segunda. Sus protestas contra la corrupción eclesiástica fueron aprovechadas por los príncipes del norte de Europa para emanciparse de sus obligaciones con el obispo de Roma, provocando un cisma que no pudo arreglarse. Desde entonces, habrá una Europa con iglesias reformadas (la Reforma: anglicana en Inglaterra, calvinista en Suiza, luterana en Alemania y Escandinavia) y una Europa mediterránea leal al papa.  
Este cisma religioso colosal se vivió como un cataclismo filosófico, como un seísmo del pensamiento. ¿En qué creer y por qué? Todas las verdades que daban seguridad a la persona renacentista quedaron en suspenso y cuestionadas. Costó guerras internacionales (las emprendidas por el emperador Carlos V contra los luteranos), guerras civiles (las llamadas “guerras de religión” en Francia e Inglaterra), incluso la Guerra de los Treinta Años, demoledora, terminada en 1648. 
La ambivalencia ideológica que supone esta simultaneidad de religiones en la Europa del siglo XVI se plasma en el diseño manierista como esquizofrenia, monstruosidad, ambigüedad, humor y sorpresa; elementos todos ellos que no habían hecho acto de presencia en el extinto arte renacentista.
Virtuosismo en las texturas, estilización en las proporciones, hermetismo en la iconografía:
manierismo (¿quién podría explicar qué sucede en esta escena?). Parmigianino, Madonna del cuello largo, siglo XVI, Florencia, Uffizi

ESTILO     
NATURALISMO MANIERISTA     El estilo figurativo puede llamarse manierista cuando el naturalismo cede parcialmente ante algunos recursos expresionistas, en particular la pérdida de proporción de las figuras representadas. Parece que el primero en representar las figuras con dimensiones sobrehumanas fue Miguel Ángel en la Capilla Sixtina; los demás le siguieron (Parmigianino, Madonna del cuello largo). Pero algunos fueron más lejos y distorsionaron también el color y la luz (El Greco).
A menudo la obra manierista nos parece “arte por el arte”, arte que versa menos sobre el tema que representa y más sobre el cómo representarlo de manera original, diferente, sorpresiva. El arte manierista habla al diletante sobre plasticidad e iconografía, y exonera la preocupación por la narrativa clara y concisa del anterior estilo renacentista. Esto es evidente, por ejemplo, en las escenas religiosas pintadas por Tintoretto, cuyas anécdotas costumbristas que parecen hacerles la competencia (Última Cena, San Jorge).
Tintoretto, Última cena, 1595, San Jorge (Venecia) El protagonismo de la cena no es completo; los trabajadores del mesón ocupan la mitad de la imagen
NUEVA TÉCNICA     
ESGRAFIADO          Una nueva técnica figurativa se añade al catálogo de las artes plásticas: el esgrafiado, el cual permite convertir las paredes exteriores en superficies pintadas. Cueros y grutescos adornan la fachada del Palacio de los Caballeros en Pisa (Vasari); amplias escenas narrativas se representan en la Casa Esgrafiada de Weitra (Austria). 
Esgrafiado. Vasari, Palazzo Carovana dei Cavalieri, Pisa
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ICONOGRAFÍA     
MONSTRUOS     El monstruo, en sentido amplio, es el protagonista de la iconografía manierista:
Arcimboldo, Rodolfo II como Vertummo.
Estocolmo, Palacio Sklosterius. Arcimboldo
 fue el maestro del retrato surrealista

(1) Representaciones literales de monstruos habitan parques y jardines (Pirro Ligorio, Parque de los Monstruos, Bomarzo) y habitaciones palatinas (Giulio Romano, Caída de los Gigantes, Palacio de Te, Mantua), o te esperan con la boca abierta junto a la calle (Palazzo Zuccari, Roma). 
Sacro Bosco di Bomarzo, un parque monstruoso, siglo XVI

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(2) Más abundantes, los monstruos de ambigüedad orgánica se cuelan en la decoración de paredes y los muebles; hablamos de telamones, atlantes y cariátides, muchos de ellos con piernas de estípite.
(3) El marco complejo, fantasioso, de elementos retorcidos (cueros), formando grutescos (cartuchos), es la moda principal para la decoración de todo tipo de escenas, desde frontispicios en libros (Vredeman de Vries, Cornelis Floris, Zuccaro) hasta batientes de armarios de lujos y paredes y frentes de chimenea. La obra maestra se encuentra en Fontainebleau: Rosso Fiorentino, Galería de Francisco I.
Los cartuchos son marcos de aspecto
muy ambiguo, unas veces parecen cueros
retorcidos (de ahí la voz sinónima "cuero"),
pero también rostros de monstruos.
Zuccaro, cartuchos, 1571, Londres, V&A

(4) El monstruo conquista el objeto por completo, que abandona su naturaleza para devenir otra cosa: Adam van Vianen, aguamanil
Incontables caras monstruosas se fusionan en el
célebre aguamanil de Adam van Vianen (Utrecht, 1614),
ejemplar conservado en Amsterdam (Rijksmuseum)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 


 
Cariátides, atlantes o telamones, híbridos monstruosos diseñados por Hans Vredeman de Vries en el siglo XVI
 
RETRATOS   
Parmigianino, Sansecondo, 1550, Prado
Todo retrato es propaganda del retratado y de quien lo pinta. Pero los retratos de Leonor Álvarez de Toledo, la señora Medici, son tan numerosos y exhiben tales prendas, que deducimos el empleo de la bella duquesa como publicidad de las sederías florentinas, industria principal de este ducado. En el que adjuntamos a estas líneas, uno de los cuatros más famosos de los Uffizi, impresiona la saya bordada con tiras de terciopelo y granadas de seda dorada.
Desde luegio, la imagen de la elegancia en la primera mitad del siglo XVI la lideraba Italia. La indumentaria presentaba unos rasgos que a nosostros ciudadanos del siglo XXI nos parecen  hipersexualizados: los varones engrosaban sus espaldas con hombreras de dimensiones colosales, y una conspicua bragueta enhiesta mostraba a las claras la potencia fálica; por su parte, las mujeres ensanchaban las faldas con verdugados, cúpulas simbólicas del vientre que puede inflarse, y desnudaban los escotes.
La novedad del retrato manierista frente al renacentista está en las proporciones. No solamente las figuras son monumentales, sino que exhiben una porción de cuerpo mucho mayor que en el pasado e incluso se pintan retratos de cuerpo entero.  

Bronzino, Leonor de Toledo, 1545, Uffizi

Italia: ficción literaria
TEATRO     El primer país en construir un teatro estable siguiendo el modelo de los antiguos, es Italia: el Teatro Olímpico, diseñado por Andrea Palladio, debutó en 1580 con Sófocles, Edipo Rey. Antes de terminar ese mismo siglo XVI, Italia dispondrá de tres teatros estables; el marco de la ópera queda dispuesto.

Teatro Olímpico, 1580, Vicenza

LITERATURA     El mismo año de 1580 se publicó la admirada obra de Torcuato Tasso, Jerusalén liberada, poblada por famosos personajes como los caballeros Tancredo, Rinaldo y la bruja Armida La recuperación idealizada de una cruzada medieval la escribe Tasso en consonancia con la Contrarreforma: promueve la unión de la cristiandad al objeto de fortalecer Europa frente al avance del Imperio otomano por el este. Esta Jerusalén contiene la base argumental de al menos medio centenar de óperas posteriores, debidas a manos tan expertas como Monteverdi, Vivaldi, Rossini, Dvorak, hasta la reciente de Judith Weir (Armida, 2005).

ICONOGRAFÍA DE FUENTES LITERARIAS     Escenificada en la corte del duque de Mantua (dueño del espléndido y lúdico Palazzo Te, Mantua), Rigoletto es todavía hoy una ópera favorita de programación obligada en las capitales de la lírica. Que tenga de protagonista a un enternecedor bufón contrahecho, un "monstruo", encaja con la iconografía favorita del momento:   
1851, G. Verdi y F. M. Piave, Rigoletto. Basada en Víctor Hugo, El rey se divierte (1832), e inspirada en la vida libertina del rey Francisco I de Francia. Para evitar la censura, la ópera se reubicó en la corte de Francisco Gonzaga en Mantua, dinastía extinguida a la que no se podía, en consecuencia, ofender. Trama: el bufón del duque de Mantua trata de aniquilar a su señor, hermoso y joven, cuya vida es una continua busca del placer sexual y vive ajeno al dolor que causa a los padres de las jóvenes que seduce y a las propias mujeres.

Ingar Wixell como Rigoletto en el film de J.-P. Ponelle, 1982. Rigoletto es un icono favorito del teatro lírico y quizás el personaje más ligado a su creador musical, Giuseppe Verdi

Francia

PERSONALIDAD ITALIANA     El rey Francisco I italianizó la corte de Francia cuando importó algunos de sus mejores artistas; Leonardo da Vinci es solamente el más famoso de ellos. Ya hemos mencionado que la obra decorativa más famosa del manierismo francés es producto de mentes y manos italianas, la Galería de Francisco I. El italianismo será reforzado hasta bien avanzado el siglo XVII porque los descendientes de Francisco I elegirán siempre ricas mujeres de la dinastía Medici para casarse por todo lo alto y contrapesar con el eje Francia-Florencia al eje España-Milán.

FICCIÓN CONTEMPORÁNEA     La masacre de san Bartolomé, catarsis de las guerras de religión entre católicos y hugonotes, centra la atención de los autores que han vuelto la mirada hacia el siglo XVI francés. Destacamos tres obras:

1858, G. Meyerbeer y E. Scribe, Los hugonotes; ópera favorita de los franceses durante medio siglo, pero hoy casi olvidada. Explica las tensiones que se vivían en el momento anterior a la noche de san Bartolomé.

Isabelle Adjani en La reina Margot, 1995
 

1995, Patrice Chereau (director y guionista), La reina Margot, basada en A. Dumas (1845). Sanguinaria película, el antes y después de la masacre.

2019, Ken Follet, Una columna de fuego. Novela emocionante y muy didáctica, cuya trama clarifica los intereses de las guerras de religión en Francia e Inglaterra.

 

Lo bueno de un libro digital como el nuestro es que podemos cambiar de portada cada vez que queremos compartir una imagen. Este otoño he ...