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El arte político es
la iconografía más
sencilla de
descifrar porque su función
es publicitaria y busca
un impacto emocional instantáneo.
Hurbert von
Kerkomer, En huelga, 1891.
Londres, Royal
Academy
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Como respuesta a las condiciones de vida infrahumanas a que fueron sometidos los proletarios europeos para servir a la Revolución industrial, surgieron la política de izquierdas (laborista, socialista, comunista; cada nación tiene las suyas) y una cultura literaria e iconográfica que la respaldara y alentara. "Realismo" es un término peligroso para los estudiantes de arte, pues significa, cuando menos, dos cosas: para el estilo, realismo es lo mismo que naturalismo; pero para la iconografía, realista se refiere al arte figurativo que representa a los sectores sociales desfavorecidos.
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El término "empoderamiento", tan de moda en el siglo XXI, significa adquisición de poder por parte de un grupo social desfavorecido; puede aplicarse tanto a la adquisición de derechos laborales (a menudo éxitos sindicales), como a los avances en igualdad de género (sufragismo, feminismo) y equiparación de derechos para los individuos LGTBQ.
En
rigor, la iconografía realista no es una innovación del siglo romántico. Recordemos
que en siglos precedentes pintores como Velázquez, Rembrandt y Goya ya habían inmortalizado enanos,
gentes comunes y humildes trabajadores. Pero fue el
siglo XIX el que convirtió a la cultura realista en una fenómeno
multidisciplinar y de alcance universal.
Quizás nunca hayas oído hablar de
pintores o fotógrafos realistas, pero sin duda te suenan literatos realistas
tan famosos como Mark Twain (El príncipe y el mendigo) y Víctor Hugo (Los
miserables), e incluso óperas realistas elaboradas sobre textos decimonónicos
como Carmen (Georges Bizet) y La Boheme (Giacomo Puccini). El género no ha dejado de crecer y en la actualidad es favorito de una gran parte del público; caracteriza a series de televisión de tanto éxito como Cuéntame como pasó (TVE, 2001-2023) y en el cine lo defienden directores como Ken Loach (Tierra y Libertad, 1995), Asghar Farhadi (Nader y Simin, una separación, 2011), Icíar Bollaín (Te doy mis ojos, 2003) y los Hermanos Dardenne (El chico de la bicicleta, 2011).
ORIGEN En 1855 tuvo lugar la primera Exposición Universal de las
celebradas en París y numerosos artistas concurrieron al Pabellón de
las Artes para exhibir su obra. Uno de ellos, el pintor F. Courbet, al sentir el desagrado del jurado por sus
obras de personajes corrientes y poco o nada idealizados, decidió trasladar sus cuadros
a un pabellón propio que denominó “Pabellón del Realismo”. Porque él afirmaba
pintar a las gentes tal como eran, el retrato de la realidad. Sin pretenderlo,
bautizó a la iconografía que es objeto de estudio en este capítulo. Para algunos teóricos el Realismo puede considerarse además la primera vanguardia figurativa de la Edad Contemporánea.
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Gustave Doré, Los
mendigos de Burgos, 1875.
Vieja imagen
recuperada como portada
en una revista médica del siglo XXI
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Millet, El ángelus, 1858, París, d'Orsay |
El
trabajo del campo entendido como una actividad dentro de un paraíso natural,
opuesto por consiguiente al urbanismo de la revolución industrial, lo
inmortalizaron en todo su silencio el pintor Jean-François Millet (El ángelus) y el fotógrafo
Henry Emerson (Life and Landscape on the Norfolk Broads). Estas imágenes son paralelas al desarrollo de las primeras comunas agrícolas y al renacimiento de los gremios artesanales de tipo medieval en la industrializada Inglaterra (Movimiento Arts & Crafts). La cruda industrialización urbana nos redescubrió la virtudes de lo rural y de lo manufacturado.
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Seis negativos
combinó el genial fotógrafo para conseguir esta idílica imagen en
la que un
anciano agricultor lee la Biblia a su esposa.
Henry Peach Robinson, Cuando las tareas están hechas, 1877 |
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La composición
sugiere una prodigiosa fusión
hombre-máquina. Nada
de reivindicación y sí
admiración por el
ingenio tecológico. Lewis
W. Hine, Mecánico
trabajando en una
máquina de vapor, 1920
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No es necesario ni
recomendable cargar las tintas
para denunciar las
condiciones laborales de los
trabajadores
infantiles. Lewis W. Hine, Hilatura, 1908
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DENUNCIA SOCIAL El retrato de la miseria lo recordamos en ilustraciones de Honoré Daumier (El vagón de tercera, 1864) o Gustave Doré (Los mendigos de Burgos, 1875) y la extraordinaria colección de fotografías Cómo vive la otra mitad: estudios sobre vivienda en Nueva York (Jacob Riis, 1890).
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La iconografía maternal, piadosa, representa
casi un porcentaje en la iconografía de los pobres. Dorothea Lange, Desarraigo
(Florence Owens
Thomson), 1936
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Jacob Riis,
Huéspedes de Bayard Street
(5 centavos la habitación), 1889. Nueva York, MOMA |
DENUNCIA SOCIAL El retrato de la miseria lo recordamos en ilustraciones de Honoré Daumier (El vagón de tercera, 1864) o Gustave Doré (Los mendigos de Burgos, 1875) y la extraordinaria colección de fotografías Cómo vive la otra mitad: estudios sobre vivienda en Nueva York (Jacob Riis, 1890).