Democracia de la imagen: medios de comunicación de masas gracias a la industria
Fotografía, la técnica accesible en manos de todos
Vanguardias, la revolución formal
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS
Hacia
la democracia de la imagen La sociedad estructurada como una jerarquía de personas
según su valor espiritual donde la cúspide la ocupan siempre varones blancos
aristócratas se ve remplazada paulatinamente por ideales democráticos,
burgueses y cosmopolitas. Y tan perfecto es el avance hacia la democracia que, incluso el naturalismo, cuya posesión pertenecía celosamente a un grupo de artistas sumamente cultivados en técnicas reproductivas, será ofrecido, donado, repartido a todos los ciudadanos del mundo. La fotografía democratiza el naturalismo.
Y la fotografía no viene sola, sino acompañada por la revolución mecánica de la prensa. El grabado, dijimos, supuso una revolución iconográfica porque las imágenes reproducidas resultan menos onerosas que las originales y una cantidad mucho mayor de personas pueden adquirirlas. Pues eso no es nada comparado con lo que la prensa decimonónica, igualmente mecánica y fruto de la misma revolución industrial que abarata tejidos y crea ferrocarriles, va a poder hacer por medio de revistas y periódicos. Hacia 1825 se produce la verdadera eclosión de la prensa alimentada por la reproducción mecánica litográfica.
En realidad, los títulos de las publicaciones periódicas del siglo XIX son la mayoría de vida muy breve, pues todavía no se sabe muy bien cómo sostener una revista en el tiempo. Del siglo anterior, se mantiene el sistema de las suscripciones, pero este es muy voluble y a menudo insuficiente. Solo paulatinamente será remplazado por los anuncios publicitarios, los cuales serán el soporte de las publicaciones en el futuro.
REPERCUSIONES DE
LA FOTOGRAFÍA, TÉCNICA ACCESIBLE
Arte democrático En nuestros días incluso el individuo con menos inclinaciones artísticas del planeta hace fotos. Ninguna otra técnica artística puede competir con la fotografía en la facilidad con que produce imágenes. Aunque esto no era así cuando se inventó, pues la revolución industrial no fue capaz de producir máquinas fotográficas portátiles y baratas, todo el mundo se dio cuenta de que el negocio y el arte iconográficos tendrían que cambiar para siempre. Era cuestión de años que se inventara una máquina fotográfica razonablemente pequeña y asequible. Lo hizo Kodak en 1888.
Reestructurar el negocio de la figuración Se atribuye al pintor inglés William Turner la siguiente declaración acerca
del nacimiento de la fotografía: “Celebro haber vivido en mi época, ahora que
la pintura ha muerto”. El inmenso gremio
de la figuración palideció ante la invención de la fotografía: ¿cómo ganarse el
sustento ante una máquina capaz de realizar este trabajo?
El primero y más lucrativo negocio
de la fotografía fueron los salones de retratos; se instalaron en todas las
ciudades preeminentes y trabajaban a precios asequibles. Algunos pintores se reciclaron
en fotógrafos para asegurar su supervivencia.
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Louis Daguerre, Boulevard du Temple, París, 1839.
Una de las primeras fotografías de la historia |
Reestructurar el arte: las vanguardias Al desconcierto laboral y económico, se sumó otro
de calado estético y filosófico: ¿tiene sentido seguir pintando? Dibujando sí,
porque el dibujo detiene y concreta nuestras ideas sobre el papel: es un
instrumento de diseño fundamental tanto para imágenes figurativas como para
productos de diseño. Pero ¿seguir pintando? Este desconcierto propició un
fenómeno artístico sin precedentes: la experimentación libre con la figuración
artística, es decir, el fenómeno que hoy denominamos “vanguardias”. Las vanguardias fueron los movimientos artísticos que entre 1850 y 1970 superaron las reglas básicas del academicismo clásico; en el caso de las imágenes, las vanguardias fueron las distintas y sucesivas ideas de representación artísticas diferentes del naturalismo.
Las
primeras vanguardias se centraron en el color (Impresionismo, Expresionismo), seguramente
porque este elemento formal resultaba inaccesible a la fotografía, aunque también entonces se pintaban las fotos. Más tarde, cuando
la fotografía hubo incorporado el color, la experimentación alcanzó a la propia
composición (Cubismo).
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Oscar Rejlander, La niña fotografía aporta
un nuevo pincel a la pintura, 1856 |
Pictorialismo y Fotografía Directa Las vanguardias salvaron la cara de los artistas
de la figuración pictórica que se sentían ilegítimos trabajando el naturalismo
en competencia con la fotografía. Las vanguardias reforzaron la idea de que lo
artístico dependía de la flexibilidad de la pintura para modificar el crudo
aspecto de la realidad y sublimarla en algo bello; además —añadían sus
defensores—, los productos de la pintura son únicos y esa misma singularidad ya
constituye un valor.
Entre 1875 y 1950 se
desarrolla el debate entre pictorialismo
y fotografía directa. Se calificaba como
pictorialista la fotografía de (sobre
todo) estilo impresionista, como si hubiera asumido un estilo prestado de la
pintura. Estas fotografías requerían un trabajo manual posterior al mecánico de
la impresión: cada foto depende de una manipulación cuidadosa y resulta una
obra única, igual que un cuadro al óleo. Contra este proceder, se llamaba fotografía directa a aquella cuya
plasticidad dependía exclusivamente de la impresión mecánica y del talento del
artista para regular los medios a su alcance (profundidad de campo,
iluminación, velocidad de obturación, etc.).
En el siglo XXI este debate estéril
entre pictorialismo y fotografía directa nos parece
simplemente una consecuencia del pensamiento todavía aristocrático de la
sociedad que inventó la fotografía. Hasta muy avanzado el siglo XX los humanos
consideraron fundamental el distinguir a cada individuo según jerarquías que
hoy nos avergonzarían: por el linaje, por el color, por la nacionalidad, por el
trabajo, por el nivel de estudios... incluso por la técnica artística de los
oficios. Un pintor era generalmente considerado superior a un fotógrafo porque
su oficio poseía tradición y un famoso linaje. Lógicamente, muchos fotógrafos
trataron de granjearse la aceptación social aproximando su trabajo al de sus
respetados colegas los pintores.
La infografía disuelve prejuicios sociales Hoy se valora la imagen artística con
independencia de la técnica o suma de técnicas que la haya producido:
pictóricas, fotográficas, encolados. Casi toda la figuración artística que se
produce hoy acostumbra a sufrir retoques informáticos. En gran medida ha sido
la infografía la técnica que ha disuelto las inquietudes sobre la
“artisticidad” de las técnicas. Esto sucede en paralelo a la asunción del
cosmopolitismo y la democracia cuyos principios rechazan la jerarquización de
los productos culturales y, en general, de las personas.
LAS VANGUARDIAS: MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS ANTIACADÉMICOS
Revolución
artística En
los
últimos veinticinco años del siglo XIX, Francia, el primer gran país de
Europa en eliminar definitivamente la monarquía, se convierte en un
hervidero
de revoluciones culturales. Bulle de artistas y propuestas de renovación
artística. Los ismos o vanguardias son movimientos artísticos que
se oponen a las reglas fundamentales de la figuración clásica, de modo que
quiebran las reglas del arte académico.
a
A menudo, las vanguardias surgen porque
distintos artistas con pretensiones de crear un arte subversivo deciden exponer
juntos para que su propia unión dé fuerza y legitimidad a sus trabajos;
además, las acciones en grupo suelen lograr mayor notoriedad que las acciones
individuales y el arte siempre necesita publicidad. También para aumentar esa
notoriedad se crearán los nombres de las
vanguardias, en todo equivalentes a marcas comerciales (“Rayonismo”,
“Futurismo”, “Minimalismo” etc.) y serán presentadas a la prensa y al público
por medio de manifiestos.
a
La
experimentación en artes plásticas se dirigió contra todos los elementos de la
figuración tradicional:
1) Derribar el estilo naturalista. Primero,
había que derribar el corsé estilístico del academicismo. Contra el naturalismo
se elevaron la experimentación cromática (estilo impresionista,
estilo expresionista, estilo divisionista) y la experimentación compositiva
(estilo cubista).
2)
Superar la iconografía académica. Después se nutrió la iconografía con nuevos
contenidos para superar las sempiternas referencias mitológicas y religiosas.
La solución más aclamada y compartida por los artistas de vanguardia fue el
simbolismo. Las nuevas alegorías se construyen con imágenes sugestivas cuya
riqueza de significados no es siempre deducible. Cuando el simbolismo se
obtiene por medio de imágenes que muestran mundos imposibles o metafísicos,
hablamos de iconografía surrealista.
3)
Superar la propia figuración. Más radicales, algunos artistas abandonaron la
figuración a la búsqueda de un arte específicamente formal (abstracción).